Por ser joven, tus problemas son menos importantes, ¿lo has oído alguna vez?
Un día mi padre me dijo que mis problemas, siendo niño, no podían ser tan grandes como los suyos, que era un adulto.
Yo, que tenía once años, sacudí la cabeza y le pedí que se sentase a mi lado:
-Papá, ¿por qué yo calzo un treinta y tres y tú un cuarenta y tres?
-Porque la talla de tu pie es la de un treinta y tres y la del mío, un cuarenta y tres.
-Pues eso mismo pasa con los problemas. Los míos son igual de grandes para mí que los tuyos para tí. Igual que el tamaño de mis zapatos es lo que mi pie puede llevar, la carga de mis problemas es la que mi cuerpo puede soportar. Los míos son igual de pesados para mi edad que los tuyos para la tuya. No los subestimes.
Anxo Perez
Comentarios
Publicar un comentario