Lo que no vemos o no sentimos, CREEMOS que no existe...
Lo que vemos y sentimos es solo una parte de la realidad, la que eres capaz de asimilar.
Por ejemplo, en este momento la Tierra está viajando por el sistema solar a unos 250kms/segundo. ¿Por qué no sentimos esa velocidad? Porque no tenemos un órgano que nos permita sentir la velocidad absoluta, solo sentimos la velocidad relativa, es decir, cuando aceleramos o cuando hay otro objeto y nos comparamos. También estamos rodeados de ruidos cósmicos y no los oímos, y así tantas cosas.
No podemos ni siquiera oler lo que huele un perro, ni escuchar lo que escucha un búho.
Lo que no vemos o no sentimos, creemos que no existe...
Solo ves lo que el cerebro piensa que te interesa ver.
El ser humano está programado para sobrevivir. Para ver, sobre todo, lo amenazante y lo malo.
Nuestros cerebros funcionan con patrones y completan automáticamente un patrón que creen haber reconocido.
Nos pasamos la vida eliminando, no viendo las cosas como son realmente sino como el cerebro nos dice que son.
Cuando estás triste sólo puedes ver una parte de la realidad, pero el resto también existe. Es una manía persecutoria, el cerebro quiere que te fijes en lo malo, en los triste.
Pero el cerebro se puede entrenar, explica Elsa, "recuerda, al terminar el día, las cosas buenas que has tenido. Tienes que encontrar al menos" 10.
¿Hasta que punto nos engañan nuestros sentidos? En este vídeo Elsa Punset nos plantea una serie de ejercicios para darnos cuenta de cómo el cerebro nos engaña
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